Moviéndonos por la Asamblea de la Unión Mundial de Ciegos

Toney (centro) en la formación, aprendiendo cómo acompañar a personas ciegas y deficientes visuales.
Toney (centro) en la formación, aprendiendo cómo acompañar a personas ciegas y deficientes visuales.
Toney Tulin, Volunteer from Malaysia, living in Zurich, traducción española Diego Beamonte
31 Agosto 2008

Estuve ayudando como voluntario en la séptima Asamblea General de la Unión Mundial de Ciegos en el Centro Internacional de Conferencias de Ginebra (CICG), 14-22 de agosto de 2008.

Las tareas en las que participé, como el recibimiento y bienvenida de los asistentes en el aeropuerto, traslado al hotel y la CICG, ayudar con la mesa de inscripción y ayudar a los delegados y funcionarios con pedidos especiales, me han llenado.
Me complace que los miembros del Pacífico Asiático me hayan votado como encargado de contar los votos y anunciar el nuevo presidente y vicepresidente de la Unión de Ciegos del Pacífico Asiático de 2008.

Durante mi trabajo con la Unión Mundial de Ciegos (UMC), tuve la oportunidad de conocer a tanta gente - ciegos y deficientes visuales por igual - de diferentes países y culturas. Estoy orgulloso de haber podido ayudar y marcar una diferencia. Hacer trabajo voluntario este año ha sido una experiencia refrescante; considerando que otros años he usado mis vacaciones para ir de compras o pasar el tiempo con tareas menos gratificantes. Siento que he encontrado mi camino hacia un trabajo digno y satisfactorio en el ámbito humanitario.

La gente que conocí me explicó cómo defender sus derechos y el bien de todas las personas con discapacidad en el mundo. Aprendí mucho sobre las necesidades de los ciegos.
Una señora mayor africana y ciega, se acercó a mí y me dijo: "Toney, tienes tanta energía, ¿por qué no usarla con una carrera en el campo ayudando a los necesitados?" Yo estaba un poco sorprendido, pero finalmente me di cuenta que ella tenia razón y que todas las compras del mundo no pueden ser tan gratificantes como un trabajo en el ámbito humanitario.

Trabajar con la UMC me ha dejado muchas huellas de las que no me olvidare, realmente he disfrutado de la experiencia. Fui bien aceptado y me sentía como parte de la "familia de ICVoluntarios". Para el alojamiento cubrí el costo por mí mismo ya que tengo problemas para dormir en alojamiento compartido. Pero ha merecido la pena, porque el trabajo era la recompensa.

Me gustaría decir lo agradecida que estoy con ICVoluntarios y la UMC por la oportunidad y me encantaría participar de nuevo.

Para Glyn, agradezco toda la atención, especialmente porque mis ojos se infectaron y necesitaba ver a un médico. Para Lwiise, muchas gracias por ocuparte de nuestro almuerzo. Hicieron un gran trabajo haciendo que funcionase todo bien. Estuvo muy bien organizado y planificado.

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